VI
ECOS
En el aire huele a incienso,
la bruma besa a la aurora
y resucita a deshora
el recuerdo de otros vientos.
Tiemblan mis manos ajadas,
tiritan mis labios secos,
resuenan todos los ecos
de pasiones desgastadas.
Hoy me cubre un negro manto,
llegaron las penitencias
acompañadas de llanto.
Me basta con tu presencia,
acunándome en mi canto,
suavizando mi sentencia.
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