Yo sé que tú no tienes tiempo que perder delante de un ordenador, y seguramente permaneces ajeno a mis escritos en este blog, pero me apetece dedicarte esta entrada.
Mira que ha llovido desde que entramos a trabajar en "las PEPAS"..., tú unos meses antes que yo. Los primeros cursos me ayudaste con las programaciones de Lengua, hasta que me fui soltando. Era casi una niña ejerciendo de tutora con otras más niñas que yo, y todo el apoyo que necesité me lo diste, lo mismo que los demás compañeros. Ejercíais de hermanos mayores conmigo, y guardo un entrañable recuerdo de aquellos primeros años, de aquellas reuniones en la casa de uno o de otro para cenar y tomar unas copas, de largas conversaciones de trabajo y de lo que no era trabajo, de vuestra compañia el día de mi boda, de la convivencia en tu campo con nuestras familias...Tantos momentos compartidos, y ni haciendo un esfuerzo de memoria soy capaz de recordar nada desagradable.
En aquellos primeros tiempos, que yo ya venía enamorada "de serie", tú te enamoraste y formaste una gran familia, por cierto llena de mujeres: Anas, Di-Ana, Tri-Ana...y porque no llegó la cuarta niña, que se hubiera llamado Poli-Ana. ¡No tienes tú guasa ni "ná"...!
Y, hasta aquí hemos llegado, en plenas facultades mentales, porque físicas, el que más y el que menos, va teniendo sus arrechuchos.
¿Te acuerdas de las "Coplillas de profesores" que os dediqué a todos y cada uno de los compis en la Navidad del año 2000? Tú pasaste aquel problemilla por el que te dieron de baja una temporada, y yo te escribí: "Jacinto, cariño mío, recupérate prontito de tu corazón "partío"..."
Bueno, pues ahora tú, que siempre vas unos pasos por delante de mí, has llegado a tu jornada reducida. No perderás el contacto con el colegio, con los alumnos ni con los compañeros, pero sin agobios, sin estrés, solo unas cuantas horas a la semana. Podrás estar más pendiente de tus asuntos camperos y de tus ovejitas, como Carmen Sevilla. Más feliz que una perdiz...
Te deseo lo mejor, porque te quiero de corazón. Quiero seguir escuchando tus chistes verdes en "pétit comité", y que entres en la sala de profesores a primera hora diciéndonos a todas "tías buenas"...jajajjj...
Esto está escrito pensando en ti. Un abrazo.
Es un caballero andante
que tiene nombre de flor,
y el idioma de Cervantes
siempre fue su gran pasión.
Conoce las lenguas muertas,
pero la suya está viva,
y en su experiencia de mando
ejerce de profesor
en el colegio Josefinas.
Casóse con una dama
que con labia enamoró,
y entre Campos de Orellana,
ovejas churras, merinas,
su prole multiplicó.
Su querida esposa Ana
con mucho primor parió
a otra Ana,
por si era poco a Diana,
y con Triana acabó.
Tres hijas de lujo, tres,
fruto del amor hermoso
de D. Jacinto Morcillo,
tan chistoso y tan fogoso.
Transcurridos muchos años
de docencia y buen humor,
llega el momento anhelado
de la prejubilación.
¡Ay, Jacinto de mi alma,
te deseo de corazón
que disfrutes esta etapa
con salud y con ilusión!