Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

sábado, 2 de marzo de 2024

Al César, lo que es del César

 

Valgan estas sencillas líneas como un merecido homenaje a un grupo de hombres que, de la nada y con mucha ilusión y dedicación de más de cuatro décadas, han sacado a flote una asociación de vecinos en Santa Marina, rebosante de salud, cuyo lema reza “Trabajar por un barrio mejor”. Fue en la última asamblea general de socios, en noviembre, cuando se renovó la Junta Directiva, que tiene por delante un gran reto: no solo la continuidad de lo que ahora encuentran en marcha y funcionando, sino la mejora de todo ello en la medida de lo posible.


Los héroes de esta labor encomiable son: D. Francisco Crespo Marchirant, Presidente; D. Jaime Olivera Marcelo, Vicepresidente; D. J. M. Garófano, Secretario; D. Juan Antonio Galván, Tesorero; D. Plácido Ramírez Carrillo, Vocal de Cultura; D. Rafael Sequeda Mancera, Vocal; D. Tomás Almena, Vocal. Ellos han puesto siempre de manifiesto las necesidades y deficiencias del barrio y han sido el eco de numerosas reivindicaciones, gestiones favorecidas por sus buenas relaciones con el Ayuntamiento y otros organismos y entidades.

 



Entre las actividades culturales y de ocio que pueden disfrutar los vecinos están las excursiones de otoño y primavera; la presentación de los niños nacidos durante el año en la “Misa de las Candelitas”; las “Tribunas Públicas” que se celebran en su salón, en las que participan personalidades de la literatura, las artes y las ciencias; el festival navideño “Santa Marina canta a la Navidad”; el “Otoño literario y solidario”; los certámenes literarios “Antonio de Llano” y el de “Literatura y Poesía Joven Santa Marina”; la gran fiesta popular de las Candelas, pórtico del carnaval de Badajoz, con la quema del Marimanta y el reparto de vino y hornazos, aportados por la asociación; la muestra de folclore “Ciudad de Badajoz”; la gala “Vecinos del año” y “Vecinos de honor”; el Centro de Mayores; la publicación anual de la revista “El Ancla”; los cursos y talleres a los que asisten cientos de participantes (sevillanas, flamenco, chikung, danzas regionales, teatro, informática, manualidades, yoga, escuela de bailes, zumba, gimnasia terapéutica, dibujo y pintura, bailes de salón, tango argentino…).

 


 

Decía Margaret Mead: “Nunca subestimes el poder de un pequeño grupo de personas para cambiar el mundo. De hecho, es lo único que lo ha logrado”.

Le deseo lo mejor a Jerónimo Fernández como nuevo Presidente y a su recién estrenada Junta Directiva. 

 


 

 

 

miércoles, 7 de febrero de 2024

Tengo un tractor amarillo

 

 

Era el grupo “Zapato Veloz” el que entonaba este pegadizo tema el siglo pasado. A día de hoy, si yo lo tuviera, estaría al lado de los demás tractores que serpentean por tantas carreteras de Extremadura y de otras comunidades, nacionales y extranjeras, para alzar la voz en nombre de los trabajadores  del campo y en defensa del sector primario. 

Reclaman ayudas y precios igualitarios para poder competir con sus colegas del resto de Europa en condiciones similares. Protestan por la aplicación de la nueva PAC y otras normativas de reciente aprobación y no cejarán en su empeño de hacerse oír por el Ministerio de Agricultura. 

Han conseguido coordinarse a través de las redes sociales, renegando de sus sindicatos, que afirman que los manifestantes son grandes empresarios. Será que la miopía sindical les hace ver Lamborghini en caravana en lugar de tractores… 

Asimismo reclaman la modificación y ampliación de la Ley de la Cadena Alimentaria que evite prácticas desleales y aplique sanciones justas a los infractores. Quieren pelear y ser escuchados, porque les están literalmente asfixiando. 

Puede que para el resto de los mortales sea un incordio encontrar cortada una carretera, pero será peor que, en poco tiempo, escaseen los productos que están en peligro de extinción y nos tengamos que alimentar de insectos, hortalizas creadas con impresoras 3D y carnes procesadas de dudosa procedencia.

Así que, venga: 

“Hay que comprar un tractor/ya lo decía mi madre/que es la forma más barata/ de tener descapotable”.

 


 

lunes, 29 de enero de 2024

IA & IBM

 


IA & IBM

 

Inma siempre fue la primera de la lista de su clase en el colegio, hasta donde alcanza su memoria. Se apellida Abril.

Vivía con su familia en un pueblecito extremeño, con pocos habitantes, en medio de un entorno paradisíaco, donde era feliz y se sentía querida y protegida.

Cuando Inma terminó la Primaria, en una escuela rural de escasos alumnos y, teniendo en cuenta que su pueblo no contaba con instituto, la única opción a la que podía aferrarse para cursar su etapa de Secundaria era matricularse en la capital de provincia. Un autobús escolar la trasladaría cada mañana para acudir puntualmente al horario de clases, junto a otros escolares en su misma situación, y la devolvería a su domicilio al término de la jornada lectiva.

Hasta este momento, Inma se había relacionado con los niños de su entorno sin ningún problema digno de mención. Era una niña muy despierta y aplicada, inteligente y espontánea, curiosa y divertida. Hasta este momento.

Iniciar el curso en una ciudad que le era ajena y mezclarse con niños que no conocía de antemano, suponía para Inma un reto que estaba dispuesta a afrontar con valentía y determinación. Lo que no había imaginado es que flaquearía en su intento a medida que el curso avanzaba, cuando fue descubriendo que integrarse en aquella selva de hormonas desmadradas era una aventura de alto riesgo.

Sus altas capacidades quedaban reflejadas de manera inequívoca en su rendimiento académico, lo que algunos vecinos de pupitre utilizaban como arma arrojadiza en forma de burlas y chistes pésimos.

Repararon en la coincidencia de sus iniciales, Inmaculada Abril,  con las de “Inteligencia Artificial”, y no desperdiciaban ocasión para recordárselo.

- A ver, IA, dinos los resultados de los problemas de matemáticas, haz algo por la vida.

- Oye, IA, déjanos copiar el análisis sintáctico que nos han mandado en Lengua, que hemos estado muy ocupados el fin de semana en una fiestecilla…

- No te hagas la interesante, IA, seguro que has bordado el texto de Inglés; anda,  danos tu cuaderno para copiártelo, que a ti se te da de perlas.

- ¿Os habéis fijado en ese apetecible bocadillo que ha traído IA para el recreo…? Seguro que el embutido es de su matanza. Compañera, te va a tocar compartirlo con la peña.

Se pasaban de lunes a viernes torturándola psicológicamente, haciendo que su autoestima se instalara en el sótano de su ánimo. Inma se sumía en la soledad y evitaba, en la medida de lo posible, la interacción con sus compañeros para no tener que sufrir sus risas y sus comentarios sarcásticos, abusivos y malintencionados.

Solo un compañero se mantenía al margen de ese acoso infatigable del resto de la clase. Era muy tímido, responsable y destacaba, como ella, académicamente. Su nombre era Ignacio Bravo Mendiola. Debe ser que aquel curso la moda era jugar con las iniciales de los nombres y los apellidos, porque Nacho, en este malévolo jueguecito que se traían entre manos, era IBM.

La conexión entre Inma y Nacho se fue fortaleciendo rápidamente en defensa propia, encontrando ambos un poco de alivio personal en su amistad única. Descubrieron todo lo que tenían en común, más allá de sus iniciales, y su relación floreció como los cerezos del Jerte en primavera.

Es innegable que formaban una pareja peculiar: la inteligencia artificial de la mano de una famosa empresa informática…

Juntos tuvieron la oportunidad de compartir risas sobre la ironía de la vida que les había conectado y se prodigaban consuelo mutuamente. A medida que IA recibía como una mártir cada dardo envenenado de sus compañeros, IBM la arropaba para superar las adversidades, con tal vehemencia que todos empezaron a notar la fuerza y la confianza que emanaba de su amistad.

Lentamente, los chascarrillos, los chismes, los atropellos y las burlas se fueron desvaneciendo y vinieron a reemplazarse por la admiración de aquellos que alguna vez los habían acosado y ridiculizado.

Inma y Nacho demostraron que, por encima de las etiquetas y las coincidencias, la verdadera inteligencia radica en la capacidad de comprender, aceptar y apreciar las diferencias de los demás, enriqueciéndose de ellas.

Su historia supuso un antes y un después aquel traumático curso y sirvió de inspiración para otros desdichados que sufrían algún tipo de abuso, poniendo de relieve la importancia de la empatía y la amistad desinteresada para superar cualquier obstáculo.