A
enemigo que huye, puente de plata. No sé si el 2014 huye o simplemente se
retira, pero está claro que se merece alfombra roja, con la condición de que no
vuelva a aparecer nunca más. Doce meses negros en los que hemos conocido los
peores capítulos de nuestra historia democrática; habría que echar mano de la
hemeroteca para recordarlo todo. Aunque, bien pensado, mejor dejar que todas
las desgracias caigan en el olvido. Puede que España salga de la crisis en este
año que estrenamos, dice Rajoy, pero es posible igualmente que se trate de otra
de sus mentiras, a estas alturas ¡qué más da!
Cuando suene el último cuarto en
el reloj de la Puerta del Sol, el universo se detendrá por un instante,
frenando en seco, los alientos se congelarán, y las burbujas de los deseos por
un mundo mejor flotarán entre las miradas esperanzadas de las almas sencillas.
Todos:
jóvenes, niños, ancianos, sanos y enfermos, felices y apesadumbrados, ricos y
pobres, enamorados y taciturnos, soñadores y envidiosos, los del norte y los
del sur, poderosos y resignados, luchadores y pusilánimes, banqueros, ladrones,
altos, bajos, guapos, feos, todos comenzamos la carrera de fondo de 365 días.