Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

viernes, 30 de diciembre de 2022

Pasajeros al tren

 

Hay que apearse del tren, hacer un transbordo para enlazar con la ruta siguiente, quiero creer que a un destino lleno de días moderadamente felices, que me confirmen que valió la pena el largo trayecto a pesar del mal estado de las vías.

No pido mucho ni poco: 

Que siga despertando a mi lado mi compañero de viaje, después de compartir nuestros sueños sobre un mullido colchón de afectos y una almohada impregnada con perfume de conciencia tranquila. 

Que pasen de largo y sin molestar el éxito, el dinero, la ambición y la falsedad. 

Que las lágrimas que se derramen sean de felicidad de la buena. 

Que los que nos dejan huérfanos de su presencia dejen grabada a fuego su huella en nuestros corazones. 

Que nos cubra una capa de invisibilidad frente a los hipócritas y a los envidiosos. 

Que bailemos sin pudor al ritmo de poesía y libertad. 

Que sepamos distinguir la belleza verdadera. 

Que los besos sinceros y los abrazos achuchados sean prendas de fondo de armario que podamos usar cada día de la próxima vuelta al sol. 

Que ganemos la partida por jaque mate a corruptos y prevaricadores.

Y si hemos de bajarnos del vagón antes de llegar, por imperativo divino, que amigos y familiares nos recuerden con gratitud y con cariño, con nuestras luces y nuestras sombras, filtrando con benevolencia las humanas debilidades en las que caímos durante nuestra frágil existencia.

 

¡Adiós 2022, bienvenido 2023!

 


 

viernes, 9 de diciembre de 2022

El sustito.

 

La vida es un no parar, eso es indiscutible. 

Buena prueba de ello son los acontecimientos vividos por la afición española en torno al Mundial de Qatar. Pasamos de la euforia a la decepción y la incredulidad. 

Luis Enrique fue honesto reconociendo públicamente que él era el responsable de la hecatombe sufrida. Esa declaración habría sido más creíble si no fuera precedida por aquella que soltó como streamer: “si me preguntas quién es el mejor entrenador del mundo, soy yo”. Pues yo no estoy tan segura y a las pruebas me remito. Un poquito de humildad nunca está de más, por lo que pueda pasar, que incluso tú te has equivocado en tus decisiones por muy creído que te lo tengas. 

A la RFEF le ha faltado tiempo para emitir un comunicado dando por finalizado su contrato como seleccionador y designando para su puesto al hasta ahora técnico de la sub´21, Luis de la Fuente. Cuando informaron en la televisión se leía en los subtítulos: “Sustito como Seleccionador Nacional”. Obviamente, alguien tecleó sustito en vez de sustituto, pero se entendió con claridad. 

A ver si el novicio incluye algún otro jugador del Real Madrid en sus partidos, que habrá alguno con méritos suficientes, digo yo.

                   “The King is dead, long live the King”.


 

martes, 8 de noviembre de 2022

Fin de semana en Rocamador.

 

Teníamos ganas los Gómez de pasar un par de días juntos los ocho (Gómez-Núñez, Rodríguez-Gómez, Álvarez-Gómez y Gómez-Díaz), en algún lugar distinto a los de siempre (la playa, la casa de Paci...). Mane sugirió el Monasterio de Rocamador por su cercanía, su maravilloso entorno y porque nos daba la posibilidad de tener a cada pareja su intimidad, además de una zona común para echarnos unas risas delante de buenas viandas o tomando unas copitas.


Conocimos el restaurante hace años, cuando lo regentaban los Bosé y algún famoso más, pero estábamos en la creencia de que en la actualidad permanecía cerrado al público. Nada más lejos de la realidad: abiertos el hotel y el restaurante, activos a pleno rendimiento para bodas y festejos parecidos, ahora explotados por una nueva empresa.

El Monasterio de Rocamador se fundó en el s. XVI como convento franciscano. Se encuentra en las inmediaciones de Almendral, en medio de un bello paraje rodeado de encinas.




 
Nos cautivó la idea de ocupar unas pequeñas villas que hay justo a la entrada del recinto, cada pareja la suya. La mía se llamaba "Villa Cayetana", otra "Tempranillo", otra "Graciano" y otra "Garnacha". 
 





Podíamos disponer de una cocina común, en la que había dos vitrocerámicas, cuatro frigoríficos, mesas de comedor con sus sillas, lavaplatos, horno microondas, cafetera, un completísimo menaje de cocina, un magnífico porche al aire libre... La idea era comer en el restaurante a mediodía, pero cenar y desayunar por nuestra cuenta; para ello llevábamos desde buena y abundante chacina extremeña hasta buenos vinos, cava y botellón.
 





 
El interior del restaurante era antaño una pequeña capilla. Se come de maravilla y su precio no es prohibitivo. 
 


Antes de comer nos tomamos el aperitivo en los veladores de la entrada, entre charla y risas.





Y después de comer tomamos fuera el café y un chupito, antes de dar un gran paseo por el entorno.

Era para mí una obligación y absoluta devoción probar la piscina. La excelente temperatura del "veroño" era un reclamo difícil de eludir y yo me di el gustazo.








Las vistas desde el mirador son maravillosas y las fotos dan idea de lo bien que lo pasamos mientras nos deleitábamos con el paisaje.





Por la noche se encienden unas luces muy bonitas a lo largo del edificio principal y los colindantes, que consiguen crear un ambiente muy acogedor.



Después de descansar como bebés y desayunar como reyes, recogimos nuestras cosas y emprendimos la vuelta, felices como perdices. Antes de desbaratar el grupo decidimos visitar el Dolmen de La Lapita, cerca de Barcarrota, que nos venía bien de camino.



Seguidamente, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, fuimos a visitar el castillo de Nogales. Vino a acompañarnos Ana, la novia de mi hijo Enrique, que estaba allí con su abuela.






Con tanto turismo se nos echó encima la hora de comer, y mi pueblo (Santa Marta) era una buena opción para dar por finalizada nuestra escapada. En el Casino comimos y, después, cada mochuelo a su olivo. 


Ya estamos pensando en la próxima escapadita, nos llevamos fenomenal y juntos nos lo pasamos de fábula.