Plasmo mis huellas en la blanca senda
que enero esparce bajo mi tristeza.
Mi alma despierta y se despereza,
mis labios suspiran bajo la venda.
Brota febrero con vivas candelas,
tiñendo el frío de sutil belleza,
don Carnal se oculta entre la maleza,
baqueteando tambores que anhelas.
Recito mil versos en clave de amor,
colmo mis ojos de soles y lunas,
y en mi soledad canta un ruiseñor.
Balbucea marzo al son de su cuna,
y abril va templando, con voz de tenor,
caricias de amor allende las dunas.