Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

lunes, 30 de marzo de 2020

Pan casero


De estos días de encierro también podemos sacar cosas positivas. Entre otras, hacer recetas que en otras circunstancias ni se nos habría ocurrido. Con lo fácil que es comprar pan recién hecho en la panadería de confianza, ni se nos pasa por la imaginación emplear nuestro tiempo en elaborarlo en nuestro horno. Pero, en este encierro preventivo, es mejor no salir a la calle para nada, por nuestro bien y el de todos. Alguien publicó una fórmula que me pareció sencilla para hacer pan, y me puse manos a la obra. Por probar... Si no sale bien, pensé, lo pico para migas y listo. 

RECETA.

-350 gramos de harina (la receta no especificaba que tenía que ser harina de fuerza, así que he usado la que tenía en la despensa).
-1 cucharadita de sal.
-1 sobre de levadura.
- 280 ml. de agua fría.

Remover bien todos los ingredientes, y dejar reposar en el bol con un paño húmedo por encima, dentro del frigorífico. Lo he dejado alrededor de una hora, tiempo en el que he ido calentando el horno.
Por último, volcar la masa en un molde untado de mantequilla. He usado uno rectangular de silicona. Se puede añadir a la masa sésamo o lo que se quiera, eso es opcional. Yo no le puesto nada.

Meter en el horno, previamente calentado, a 220 grados, durante 30/35 minutos.


                                 
              Et, ¡voilá! Mi primer pan casero.





sábado, 28 de marzo de 2020

Cuarentena con madalenas


Estar en cuarentena ya es, de por sí, una situación complicada. Así que, lo mejor que podemos hacer es procurarnos un poquito de felicidad con pequeños placeres al alcance de nuestra mano.

Si tienes en tu despensa huevos, harina, leche, azúcar, aceite, un sobre de levadura y un limón, y dispones de horno, ¡manos a la obra! Te vendrán de perlas, también, fuente de horno y moldes de papel especial madalenas.

 
Las 18 primeras madalenas las hice sin rociarlas de azúcar por arriba antes de meterlas en el horno. Pero me sobró masa, y las doce siguientes sí llevan azúcar. Tanto las unas como las otras están buenísimas.

 
La receta es la siguiente: 
 
- 3 huevos;
- 1 vaso de leche;
- 1 vaso de azúcar;
- 1 vaso de aceite de girasol (yo le puse AOVE, que es el único que uso en casa);
- la ralladura de un limón;
- 400 gramos de harina;
- 1 sobre de levadurina.

Se baten todos los ingredientes, y se va incorporando harina y levadura mezcladas muy poco a poco, tamizando para que no forme grumos, con movimientos envolventes. En esta ocasión no utilicé el batidor eléctrico, amasé con uno manual.
Se llenan los moldes un poco más de la mitad, y se meten en el horno, previamente calentado a 200 grados, más o menos. Están hechas en unos 15 minutos, aunque es mejor ir mirando, porque cada horno es distinto.
 
Me han salido 30 madalenas con esas cantidades.




 
Ya puedes darte el capricho, que...

         ¡A NADIE LE AMARGA UN DULCE!



jueves, 26 de marzo de 2020

Valor para continuar


Valor para continuar.

Habíamos cogido carrerilla a lomos de febrero loco, cuando el mundo se paró en seco. El frenazo nos produjo un latigazo cervical que acertó de lleno en el mismo corazón de nuestro espejismo de felicidad, prendida a nuestra rutina con alfileres.
No confinarnos en casa dejó de ser una opción. Y el tiempo cobró una dimensión nueva, que había que administrar sin folleto de instrucciones. Me congratulaba la idea de dedicarme más de lleno a escribir, pero esta situación me bloquea; demostrado queda que estoy más inspirada cuantos más frentes tengo que atender, mis musas están en compás de espera hasta que se restablezca la cotidianidad.


Me viene a colación, en estos días difíciles, la famosa cita de Winston Churchill, que reza:

“El pesimista ve dificultades en cada oportunidad. El optimista ve la oportunidad en cada dificultad”.

 
Mantener a raya al bicho infame pasa por tener las manos enjabonadas cada dos por tres. Además de dañina, esta alimaña microscópica es sucia y grasienta, por eso la limpieza y la desinfección la aniquilan.
Ni en su época de mayor esplendor mis manos fueron delicadas. Estos días me pican y están más secas que la mojama, ásperas y doloridas. Pero opino que las manos no tienen como objetivo supremo lucir impecables. Soy una mujer eminentemente práctica, y yo las quiero para trabajar, para acariciar, para enfatizar mis palabras con sus movimientos, para transmitir a través de la danza, para tocar la guitarra, para aferrar a los que quiero, para infundir confianza, para dar... Y para ahuyentar entre pompas a este virus con aspiraciones monárquicas.
Vamos a necesitar algo más que un lavado de manos para cuando salgamos de nuestro encierro domiciliario. La vida nos demanda también, de paso, un lavado de conciencia social, un escaneado a nuestras emociones, una renovada escala de valores. 


Llegados a este punto, mi artrosis y la apergaminada piel de mis manos requieren un poco de atención y cuidados intensivos, para seguir presentando batalla al enemigo que ha puesto en jaque al mundo entero. A ello.
Pero voy, por último, a recordar otra célebre frase de Churchill, que viene como anillo al dedo para motivarnos en esta lucha desigual, y que vamos a ganar.

“El éxito no es definitivo, el fracaso no es fatal: lo que realmente cuenta es el valor para continuar”.



viernes, 20 de marzo de 2020

Mi jazminero y la primavera



Es 20 de marzo y, aunque hoy está lloviendo desde primeras horas de la mañana, la primavera está entrando sigilosamente en nuestras vidas, como cada año, sin pedir permiso.

Cuando llegue y se instale definitivamente le va a sorprender esta extraña quietud. Pero, aun así, irá salpicando los campos de florecillas, como si tal cosa.

Alguien tendrá que decirle que no habrá infelices a quien castigar con rinitis y estornudos alérgicos, porque todos estaremos atrincherados en nuestras casas, a buen recaudo de pólenes, gramíneas y bichos indeseables.

Seguro que no ha oído hablar todavía del Covid-19, que nadie los ha presentado formalmente. Lo mismo que mi jazminero que, ajeno a la situación que nos ocupa, ha eclosionado como es su costumbre, inundando mi patio de ese particular perfume dulzón que embriaga irremisiblemente al entrar en casa por la puerta de la cocina.

Es una pena que solo podamos disfrutarlo nosotros, porque nadie puede venir a visitarnos, desafortunadamente.

Podría aprovechar este post para lamentarme de este episodio non grato y adornar mi texto de argumentos apocalípticos, con lamentos y quejidos de plañidera, pero no. No voy a caer en la trampa del desánimo. 

Eso sí, cuando la alerta sanitaria sea un mal recuerdo (la económica merece otras consideraciones y nos va a durar más que un traje de pana), tiempo habrá de echar leña al fuego donde quemar a los responsables. Que me he quedado con sus caras.




lunes, 9 de marzo de 2020

Saber y sabor de los refranes

 
El pasado viernes día 6 tuvo lugar una interesante charla en el salón de la Asociación de Vecinos de Santa Marina, a cargo del catedrático de Lengua y Literatura D. José Luis Álvarez Martínez, sobre los refranes.


El público que asistió quedó plenamente satisfecho con la conferencia y el posterior coloquio, donde todo el que quiso pudo intervenir para preguntar o aportar su opinión.
 
 

Fui la encargada de presentar al ponente, con unas palabras que resumían su amplio currículum profesional, a la vez que intercalé algunos refranes para entrar al público en ambiente.

Buenas noches a todos y gracias por su asistencia, que “es de bien nacidos ser agradecidos”.
El pueblo español, que sabe latín, y “para muestra, un botón”, es autor de los casi cien mil refranes que avalan su incuestionable sabiduría. Como hormiguitas, durante varios siglos, “no se ganó Zamora en una hora”, la cultura popular ha hecho crecer la lista de consejos, pensamientos, opiniones e ideas en frases, muchas veces estructuradas en verso o con cierta rima, que las hace recordar sin dificultad. Nuestras conversaciones diarias están salpicadas de refranes, forman parte de nuestra vida cotidiana, aunque “no hay regla sin excepción”.
Y como “el que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija”, aquí estoy, sentada a la vera de nuestro conferenciante de esta noche, que de refranes sabe más que nadie, y estoy dispuesta a aprender de él, porque “el saber no ocupa lugar”.
“Lo bien hecho, bien parece”, de manera que procedo a leer el currículum de D. José Luis Álvarez Martínez, que “lo prometido es deuda”.
Nació en Sena de Luna, provincia de León.
Se licenció en Filosofía y Letras en la Universidad de Valladolid y años después obtuvo el Doctorado en Filosofía y Letras en la Universidad de Extremadura.
En su primer desembarco laboral fue Profesor Adjunto Interino de Lengua Española en la Universidad a Distancia de Madrid.
Una vez aprobada la oposición, ejerció como Catedrático de Lengua y Literatura Española en los institutos Bárbara de Braganza de Badajoz, en el Puente Ajuda de Olivenza y en el Zurbarán de nuestra ciudad, centros en los cuales también asumió el papel de Director.
Asimismo, ha ejercido como Profesor Tutor de Literatura de la Universidad Nacional de Educación a Distancia en el Centro Regional de la UNED en Mérida, hasta su jubilación.
Ha participado en múltiples Congresos y Coloquios de Literatura, y ha sido coautor de infinidad de textos y ensayos literarios.
En la actualidad se dedica, en exclusiva, al ejercicio de la escritura y la crítica literaria.
“El poeta nace, no se hace”. Nuestro invitado tiene escritos los siguientes libros de poesía:
Bajo el signo de los ojos, publicado por la Diputación de Badajoz, Colección Alcazaba, 1995.
Como en un espejo, también publicado por la Diputación de Badajoz en 2002, con ilustraciones de Pilar Molinos.
Sobre aguas y arenas, editado por el Servicio de publicaciones del Ayuntamiento de Badajoz en el año 2004.
Estamos, sin duda, ante un hombre que domina con maestría el fascinante mundo de las letras y esta noche tenemos el privilegio de escucharle, gracias a las gestiones de esta asociación, que oportunamente le ha elegido. “Algo tendrá el agua, cuando la bendicen”.
Paso el turno, pues, a D. José Luis, para que tome las riendas, porque “el tiempo es oro” y “donde hay patrón, no manda marinero”.
Un fuerte aplauso para él.

          Maribel Núñez Arcos. Badajoz, viernes, 6 de marzo de 2020.




La prensa, concretamente el diario HOY, anunció el evento dos días antes y se hizo eco de él, en su sección "La coctelera", al día siguiente. 


 
Ha sido un placer conocer personalmente a D. José Luis y aprender algo de su inmensa sabiduría. 
 

Otro éxito más que se atribuye esta asociación, cuyos miembros hacen una labor callada, constante y encomiable, que espero les sea justamente reconocida por todos.


¡BYE!