Hoy hemos hecho un experimento mi hijo Lu y yo, aprovechando que no venían a comer ni Mane ni Enrique, que no soportan el queso. A Alberto sí le gusta, pero come en el trabajo.
Hemos utilizado como base esta masa de empanada, y la primera capa ha sido de tomate.
De la comida de ayer sobró arroz blanco, que me sale muy sabroso, porque le pongo bastante ajito laminado que sofrío en aceite de oliva virgen extra de mi pueblo, Santa Marta de los Barros, con generosidad, añadiéndole una hojita de laurel y una pastilla de caldo. Lo hemos mezclado con queso recién rallado para que adquiera una textura cremosa, y lo hemos repartido encima del tomate.
Después hemos añadido: puerro muy picadito, pimiento verde en tiritas y rodajas de pimiento rojo.
El toque maestro ha sido el último ingrediente: tiras de cuatro filetes de cinta de lomo a la plancha, que quedaron de la cena. Antes de meterlo en el horno, ya precalentado, hemos cubierto de nuevo con más queso rallado, hoy que podíamos...
A 180 grados, en pocos minutos ha estado lista, y en menos tiempo aún nos la hemos comido con una copita de caldo de la tierra.
¡Exquisita! El arroz como ingrediente novedoso ha sido un éxito, nos ha encantado.