Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

lunes, 21 de octubre de 2019

De zanahorias y chocolate




Anoche hice bizcocho de zanahorias y chocolate, según las instrucciones del maño. 

Trituré en el vaso de la batidora: 

- 3 zanahorias a rodajitas
- 4 huevos 
- 300 gr. de azúcar
- 200 ml. de aceite de oliva (él sugirió "suave", pero yo le he puesto AOVE de mi pueblo, Santa Marta de los Barros, provincia de Badajoz)

Una vez bien triturado lo pasé a un bol, y fui añadiendo 300 gr. de harina, tamizándola. La que puse era harina bizcochera, que lleva incorporada la levadura. De no ser así, hay que añadirle el sobre correspondiente.

Unté de mantequilla la fuente de horno y vertí en ella la masa. El horno a 180 grados, y lo tuve 50 minutos, pero como cada horno lleva su ritmo, lo mejor es irlo mirando y, cuando esté casi a punto, pincharlo con un cuchillo. Si sale limpio, es que el bizcocho ya está hecho.



Dejé que se enfriara, y seguidamente derretí en el microondas media tableta de chocolate para postres, y cubrí el bizcocho por encima.



Me acosté, soñando con probarlo en el desayuno. Pero uno de mis hijos llegó tarde a casa, y no resistió la tentación de catarlo. Por la mañana, cuando bajé a la cocina, ya estaba mutilado...



Yo seguí el corte: está jugoso, tierno, esponjoso, exquisito.




Gracias, Manu, por tus exquisitas recetas.



 

miércoles, 16 de octubre de 2019

Calendario mutilado



La ansiedad, compañera de cama,
intuye tu silueta en la lejanía,
musitando tu oscura traición
como una decadente letanía.
La decepción, vestida de luto,
asiste al tsunami de tus desvaríos,
que arrastra, inmisericorde, enseres
y un horizonte que era tuyo y mío.

Duelen las entrañas
al evocar aromas y latidos.
Emprende tu camino
dejándome atrás, tocado y hundido.
Y cuando escuches las notas
de esa melodía que hicimos nuestra,
llora.
Llora como nunca has llorado,
reúne tus lágrimas en una
vasija de arrepentimiento
por lo que pudo ser
y no fue,
y ya nunca será,
porque todo lo has envenenado.

Carga el fardo de la culpa
en tu conciencia.

No te deseo un purgatorio:
solo vete para dejar que me arrullen
dulces sueños en la noche oscura,
que no me despierte
la pesadilla de tus mentiras
en madrugadas de dudas.
Al marcharte, cierra
la puerta con siete llaves,
y tira el manojo al fondo del mar.

Porque hoy nazco de nuevo
al mundo real:
voy a pintar de vivos colores
cada hoja de este calendario
que dejaste mutilado
en medio de un paisaje infernal.


Después de la tormenta, llega la calma.
Después de un duro invierno, la primavera.
Después de un trago amargo, la dulce tarta.
Después de tus mentiras, la vida entera.




martes, 8 de octubre de 2019

Pespuntes torcidos


                
 
En medio de un vendaval,
lanzando un sortilegio al cielo,
te llevaste tus abrazos
y tus besos de saldo,
tus risas a borbotones,
tu histrionismo y tu aparente
frescura.

Pero se colaron en tu maleta,
también, tu cobardía,
tu idílico sueño y tus
ansias de volar hasta el
infinito y girar en la
primera luna a la derecha,
batiendo tus alas siempre
hacia la luz.

Que te vaya bonito,
pero vete al país de
Nunca Jamás, donde encuentres
aquello que te mereces,
para que el resto del mundo
pueda seguir, con la decepción de tu
sombra a cuestas, pero en paz,
el buen camino.

Descoseremos los
pespuntes torcidos de tus
costuras y confeccionaremos
vestidos de fiesta para
estrenar, cuando luzca el
arcoíris tras la lluvia
salada.

Escondí mis lágrimas sordas
en una botella mágica
y la he lanzado al mar
del olvido.