V
Acantilados de luz
Atravesando un desierto
de espuma y de blanca
arena,
atrapada en mis cadenas
voy penando como un muerto.
Mi vida se bate en duelo
entre quererte y perderte,
o en mi corazón mecerte
dando tregua al desconsuelo.
El alba destierra el sueño,
y acantilados de luz
se cuelan entre mis dedos.
De esta vil melancolía…
¡quién pudiera desnudarse
y vestirse de alegría!
Enhorabuena
ResponderEliminarMe alegra que te guste este poema, Nati. Gracias por dejar tu comentario. Un besazo.
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