Acechan negros
nubarrones.
Tiembla, vulnerable,
el espantapájaros
bajo la sentencia de
diluvio.
Acechan mil vientos
encontrados,
que arrastran
soledades
y despedazan
voluntades.
El mañana es incierto,
el hoy un seguro de
infelicidad,
el ayer nunca
existió.
Los cuervos merodean
sobre la cosecha de
espinas,
en un cielo gris
de rosas marchitas.
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