Hoy me han informado de la fecha de una misa en tu memoria. Pero no hemos dejado de recordarte, yo personalmente, ni un solo día. Estos versos que he escrito pensando en ti, los deposito en este espacio virtual como un sentido homenaje. Porque te echo de menos, y me consuela creer que allí donde estés eres feliz, estás en paz, perfumada de amor infinito.
TU AUSENCIA
Perdóname, amiga mía, por las palabras no dichas.
Viaja ya lejos tu ausencia,
que me invade como humo,
envenena mi alegría fugitiva
y empaña mi corazón confuso.
He inmortalizado tu recuerdo
en mi retina,
pero no sé si me faltan detalles,
me sobra congoja,
o quizás cortinas saladas oscurecen mis ventanas.
Ven a inventar más días
para que pueda escucharte
con la atención
de un niño asustado
en una noche oscura.
Y no te marches tan pronto,
que quiero cantarte una nana
al oído,
para que sueñes conmigo.
A Mari Carmen Ardila. Noviembre negro de 2010.
Maribel.
HUYERON LOS DÍAS
Mi tristeza es un estribillo
que se sucede,
una y otra vez,
como las mareas.
Huyeron, disfrazados de cobardes,
los días mustios y podridos
que agotaron tus minutos,
muertos a puñaladas
por la traición del destino.
Se estremece una melodía
a ritmo de tango,
decadente, trasnochada,
recurrente, desahuciada.
Tu silencio cabe en una frase,
o tal vez en una palabra.
Asoma tu alma desolada
entre los recuerdos
de diálogos inconclusos.
Llegas tarde al buen humor,
al amor,
a las revoluciones…,
pero has cruzado temprano
la puerta de la muerte.
A Mari Carmen. Diciembre de 2010.
Maribel.
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