Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

lunes, 17 de enero de 2011

Cáncer, ese verdugo.






En la camiseta se lee: "Encuentra una cura antes de que me crezcan las tetas". Sería maravilloso conseguirlo.

He visto como se marchaban de mi vida demasiadas mujeres por esta maldita enfermedad. Pero, cuando la padece una niña inocente, la enfermedad se torna aún más cruel, más absurda e incomprensible, nos deja con una enorme sensación de impotencia y rabia contenida, ametralla nuestras creencias y desestabiliza nuestra fe.

Conocí un caso que me inspiró este soneto. Aquí lo adjunto.
 


                    
                  


                      SONETO A UNA NIÑA CON CÁNCER.


Me lanza su mirada penetrante
dejando una congoja en mi garganta.
¡Maldita visión horrible me espanta!
Quisiera mantenerla bien distante.


Su semblante es dulce, y su talante
alegre, sobre todo cuando canta.
¡Cuán fácil enamora la tunanta
a todo el que se pone por delante!


¡Si pudieses llegar al infinito
zapateando sobre nimbos de algodón,
llegando al arcoíris de un saltito…!


Un planeta serviría de balón,
jugarían dos equipos de angelitos,
tú sentada a la derecha de tu Dios.

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