Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

domingo, 4 de enero de 2015

Carta para el 6 de enero


Queridos magos, reyes o mendigos, eso da igual:

Como maestra que soy, pido en estos primeros días del año un cuadernillo en el que pueda anotar cada día lo que sueño alcanzar, y a qué me comprometo para conseguirlo.


Para poder anotar las penas que se me indigestan en el corazón y la purga necesaria para vomitarlas cuando el dolor se haga insoportable.

Anotar a diario las pequeñas alegrías y las canciones que me hacen danzar en el salón de la rutina, sin miedo al qué dirán, liberando el cuerpo de las cuerdas de lo correcto.

Registrar las veces que soy sincera, las veces que me devuelven una mirada de decepción, las veces que me rebelo ante una injusticia.

Tomaré nota de los colores del cielo en cada amanecer y de la luz que dispara el horizonte en cada crepúsculo, para inundar de belleza mis recuerdos.

Podré anotar si tus ojos todavía brillan cuando me miras, y si yo aún siento mariposas en la barriga cuando te veo llegar.

Anotaré si después de una noche de insomnio y dolor soy capaz de estar donde debo estar, sin que nadie eche nada en falta.

Registraré cada beso sin horario y cada abrazo sin calendario, cada sonrisa y cada palmada en el hombro.

Apuntaré las veces que me mantengo erguida mientras todo a mi alrededor parece derrumbarse.

Tomaré nota de las horas de soledad entre la muchedumbre, con la única compañía de mis fieles pensamientos.

He sido razonablemente buena este año, así que espero que mi regalo sea posible.

Buen viaje de vuelta,
                                Maribel.





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