Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

lunes, 3 de marzo de 2014

Tarta de queso


Dice Mane que, a la vejez, me ha dado por la repostería. Lo cierto es que el bizcocho que hice el otro día se lo comieron casi de una sentada. Hoy estaba el horno caliente, porque he hecho pastel de carne para comer a mediodía, y por aquello de aprovechar el calor, y como el Pisuerga pasa por Valladolid, metí seguidamente la masa de una tarta de queso. A saber: 

-tres huevos
-un yogur (no tenía natural y le puse uno de limón)
-un vasito del yogur lleno de Maizena (a decir verdad le eché un "anda ya", como dice mi madre, o sea, otro poquito...)
-dos vasitos de azúcar
-un vaso de leche
-dos bricks de nata
-una tarrina de queso de untar, tipo Filadelfia.
En el fondo de la fuente de horno desmenucé unas cuantas galletas integrales para que la base de la tarta fuese consistente, y sobre ella vertí los ingredientes bien ligados. 
La metí en el horno durante una media hora a 180 grados, y antes de sacarlo lo pinché con una aguja para asegurarme que estaba hecha. Una vez fría, la introduje en la nevera un par de horas, al cabo de las cuales ya estaban salivando mis hijos para probarla. Antes de servirla, la unté de mermelada de frutos del bosque, que es mi favorita.

He aquí el resultado.

 

                            ¡DELICIOSA!

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