Se ha abierto la caja de los truenos, y es posible que tengamos que lamentar las consecuencias de una nueva ciclogénesis explosiva, lo que de toda la vida ha sido para la gente de campo una tormenta de mil pares de narices, pero esta vez, a las puertas de la primavera, en términos bélicos de resultados imprevisibles.
El epicentro está localizado en Ucrania, pero la onda expansiva puede salpicar a muchos. Hace 100 años ya de la Primera Guerra Mundial, y el caldo de cultivo que se está cocinando estos últimos días huele a podrido en todo el globo terráqueo.
Rusia pone en entredicho su permanencia en el G-8 por mandar sus efectivos militares a Crimea, Alemania se opone a esta sugerencia respaldada por el Secretario de Estado de EEUU, John Kerry, y todos los ministros de Asuntos Exteriores de la UE se reúnen el lunes en Bruselas para debatirlo.
Obama y Putin reafirman sus posiciones enfrentadas y se lo comunican vía telefónica, como si estuvieran jugando a los marcianitos desde la distancia, si no fuera porque los marcianitos son víctimas de carne y hueso.
Las autoridades de Crimea se crecen por momentos con el respaldo de las tropas rusas, y hacen un corte de mangas a Kiev. El pulso por el poder será duro.
Ya suenan en la lejanía los primeros truenos de la que se avecina.
Yo espero y deseo que al final haya un acuerdo diplomático, porque si no Europa entrará en una recesión aún mayor.
ResponderEliminarParece mentira que a día de hoy sigamos teniendo guerras.
Besos
Publicado en "Cartas al Director" del diario HOY el miércoles 5 de marzo de 2.014.
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