Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

viernes, 27 de marzo de 2015

Amanece, que no es poco.



Voy a tener que practicar en los sempiternos cuadernillos de Rubio, a ver si así me salen las cuentas. 


Ya no sé si ahora toca el (3x2) o el (2x3), que a pesar de las apariencias no es lo mismo. Aquí no procede presuponer la propiedad conmutativa, en este caso el orden de factores sí altera el producto. El (2x3) se aplica en otoño –a las 3 vuelven a ser las 2- y es, en mi opinión, una interesante operación, porque me llevo una. Quiero decir que me encuentro una hora extra cuando abro el ojo. Sin embargo, el (3x2), que es lo que toca en la recién estrenada primavera, resta. A las 2 hay que adelantar el reloj hasta las 3. O sea, que cuando me levanto, ya llego tarde para todo. Transcurren varios días hasta que se me pasa la desorientación buscando la hora que me han birlado. 


Y me pregunto yo: ¿no sería más fácil dejar los horarios tal cual todo el año, para no alterar los biorritmos de los ciudadanos…? Salvo que alguien me demuestre con sólidos argumentos que ciertamente hay un ahorro de energía.  


Lo que sé es que “no por mucho madrugar, amanece más temprano”. Pero amanece, que no es poco.



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