Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

lunes, 5 de agosto de 2013

Los rizos de las horas

   
En la lejanía las olas reptan tristes, muy cansadas,
del vaivén que las azota, de blanca espuma preñadas.
El sol ya se desvanece, mientras juega al escondite
tras fantasmas de hormigón y nubes algodonadas.
La brisa se va meciendo en los rizos de las horas,
que, tímidas, rememoran los besos que ayer me diste. 



La noche despliega el manto recibiendo el plenilunio.
Mil destellos argentados miran al mar con descaro.
Mi soledad me persigue para hacerme compañía,
y no hay nadie alrededor que note mi desamparo.
De almas enamoradas se escucha la algarabía,
mezclada con los silencios de pasadas alegrías.
Recostada en mi nostalgia, vestida de melancolía,
perfumo de jazmines mis sollozos. Mis lágrimas saladas
me ayudarán a flotar en el lecho sepulcral
de un profundísimo pozo.





                                                         Agosto de 2013.


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