Nuestros
gobernantes no pierden la ocasión para convencernos que hemos salido de la
crisis. Más que salir de la crisis, nos hemos acostumbrado a otro estilo de
vida. Hay, en mi entorno cercano, parados de larga duración, pero lejos de
seguir siendo una tragedia, ha pasado a ser un drama crónico. Cuando la
situación económica iba empeorando por días, hice una lista de gastos y taché
todos los que daban un poco de alegría a mi existencia, para poder atender a
los más imprescindibles. Así modifiqué también mi orden de prioridades y rebajé
mi calidad de vida, hasta niveles que creía impensables. Me consuela recordar
la historia del sabio que se lamentaba de su pobreza, mientras se iba
sustentando de unas hierbas del campo, hasta que se volvió y acertó a ver a
otro sabio, que recogía las hierbas que él iba arrojando. Calderón de la Barca
tenía claro que la vida es solo sueño, y los sueños, sueños son.
Eso es lo que pasa, que nos conformamos con lo que tenemos, aunque cada vez sea menos. Y, de tanto conformarnos, llegamos a acomodarnos. Pero, espero, llegan tiempos de renovación. Espero ...
ResponderEliminarPublicado en "Cartas al Director" del diario HOY el sábado 28 de febrero de 2015.
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