Después del larguísimo periodo de diluvio, este fin de semana ha brillado el sol en todo el cielo español. Yo tenía clavada la espinita de la aguada Semana Santa, y en cuanto me informé de las previsiones meteorológicas, decidí pasar dos días tumbada al sol, como los lagartos.
Mi hijo Lu me confirmó que él también iría desde Sevilla, acompañado de unos colegas de la facultad. De esa manera estaría acompañada, puesto que Mane tenía reunión en Santander, nada menos. "Tú a Boston y yo a California".
Su amiga Candela se empeño en hacerse una foto conmigo. Un cielo de niña, muy cariñosa y atenta.
El agua tenía una temperatura de lujo, y el baño de estos dos días ha sido una delicia para los sentidos, que ya echaba en falta.
He venido, además de morenita, con las pilas cargadas para una temporadita. Fue bonito mientras duró...
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