Nada
más cierta la locución latina “homo homini lupus”, el hombre es un lobo para el
hombre. La historia de la humanidad está plagada de ejemplos, que siguen
produciéndose, por muy civilizados que nos creamos (unos más que otros, también
es verdad).
Nicolás Maduro denuncia la posibilidad de un atentado a su persona,
a manos de sicarios y mercenarios sufragados por sus rivales políticos. “Yo no
soy un burgués fariseo y farsante…”, vocifera Maduro en un mitin, pero fantástico
sí que lo considero, a juzgar por sus singulares declaraciones de hace unos
días. En su presunta paranoia, se le apareció un “pajarito chiquitico” en una
capilla, donde oraba solo, (no hay testigos del suceso), que le dio tres
vueltas por arriba, (ilustró con sonidos de su boca esta asombrosa aparición),
se paró en una viga de madera y empezó a silbar (sí, el pájaro…). Para
enfatizar la explicación él mismo silbó al estilo pajaril, un “silbido bonito”.
Se quedó mirando, y le contestó de igual manera, “tú silbas, yo silbo…”.
Confiesa que el pajarito lo vio raro, dio una vuelta y se fue.
“Yo sentí el
espíritu de él”, dijo, refiriéndose al difunto Chávez, “lo sentí como dándonos
una bendición: hoy arranca la batalla, vayan a la victoria, tienen todas las bendiciones…”.
La conspiración sobrevuela los cielos de Venezuela, donde silba alegre el
pollito Pío.
Publicado en "Cartas al Director" del diario HOY el lunes, 8 de abril de 2.013.
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