Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

domingo, 7 de abril de 2013

El pollito Pío




Nada más cierta la locución latina “homo homini lupus”, el hombre es un lobo para el hombre. La historia de la humanidad está plagada de ejemplos, que siguen produciéndose, por muy civilizados que nos creamos (unos más que otros, también es verdad). 



Nicolás Maduro denuncia la posibilidad de un atentado a su persona, a manos de sicarios y mercenarios sufragados por sus rivales políticos. “Yo no soy un burgués fariseo y farsante…”, vocifera Maduro en un mitin, pero fantástico sí que lo considero, a juzgar por sus singulares declaraciones de hace unos días. En su presunta paranoia, se le apareció un “pajarito chiquitico” en una capilla, donde oraba solo, (no hay testigos del suceso), que le dio tres vueltas por arriba, (ilustró con sonidos de su boca esta asombrosa aparición), se paró en una viga de madera y empezó a silbar (sí, el pájaro…). Para enfatizar la explicación él mismo silbó al estilo pajaril, un “silbido bonito”. Se quedó mirando, y le contestó de igual manera, “tú silbas, yo silbo…”. Confiesa que el pajarito lo vio raro, dio una vuelta y se fue. 



“Yo sentí el espíritu de él”, dijo, refiriéndose al difunto Chávez, “lo sentí como dándonos una bendición: hoy arranca la batalla, vayan a la victoria, tienen todas las bendiciones…”. La conspiración sobrevuela los cielos de Venezuela, donde silba alegre el pollito Pío.



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