Parecía que no llegaba, pero se terminó la espera.Ya era hora, después de toda una vida de madrugones, de fatigas y de esfuerzos impagables en beneficio de la empresa, aunque también haya habido días de satisfacción personal y de reconocimiento de méritos.
Estas últimas semanas han sido una fiesta contínua. Había que celebrar con los amigos y con la familia el inicio de esta bonita etapa de la vida. Son días de júbilo, literalmente.
No podía faltarte a ti un poema conmemorativo, entre risas y regalos.
Jubilación de PACO
Se ha jubilado Francisco,
para los amigos Paco,
y lo estamos celebrando
en familia y, como siempre,
teniendo delante un plato.
El banco se ha desprendido
de un currante un poco añejo,
y no te enfades, cuñado,
no te estoy llamando viejo.
Puede ser que veterano.
¡Bien te han exprimido el jugo!
Ahora te llegó la hora
de soltarte de tu yugo.
Tendrás tiempo para todo:
sembrar patatas, tomates,
los arbolitos regar,
ir al gimnasio y a baile,
leer, viajar, disfrutar,
y esperar sentado nietos,
que algún día llegarán.
Esta crónica festiva,
familiar y jubilosa,
de un banquero muy campero,
te la escribo con cariño,
como si fuera tu hermana,
que lo sepa el mundo entero.
Y aquí se acaban los versos,
se me escaparon las musas.
Se han ido de jubileo,
imitando a Paco “Pani”,
sin ponerme ni una excusa…
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