Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

sábado, 4 de enero de 2020

Carta a SSMM los RRMM 2020



                                        Carta a SSMM los RRMM 2020

La tristeza me asaltó mientras deambulaba entre la gente por la calle atiborrada de luces, en los albores de un invierno disfrazado de primavera, y sentí que me invadía una profunda y aplastante decepción por el mundo en el que inevitablemente habito y que me engulle sin masticarme siquiera. Estar triste es un derecho que nos humaniza, siempre y cuando no se convierta en tristeza crónica.

Mañana amaneceré alegre, lo tengo decidido. Y llegaré con una sonrisa hasta el próximo solsticio.

Quedan pocos días para la noche más mágica, y estoy ultimando mi carta para SSMM. Algunos puntos de mi lista de peticiones ya los tengo claros.



-366 días de felicidad moderada, desbordante en momentos puntuales, compartida con los que quiero.

-Cuatro abrazos sinceros y apretados diarios, como poco, de la misma o de distintas personas queridas.

-Sonrisas y palabras amables para decorar cada minuto de esta nueva década, y un frasquito de optimismo con dosificador.

-Un titular para abrir los telediarios, en los primeros días del año: “Cataluña vuelve a estar tan orgullosa de su españolidad, que entierra sus planes de independencia”.

-Un jarabe instantáneo para los dolores del alma y una varita mágica para curar todos los males del cuerpo.

-Un manantial universal y gratuito de amor eterno.

-Un aire puro que podamos respirar todos los seres vivos de la Tierra, y un cielo azul que nos inspire poesías, sin necesidad de Gretas.

He sido razonablemente buena este año, así que espero que mi regalo, o parte de mi pedido, sea posible.


Que así sea. 





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