Me cuesta subir la cuesta
que lleva del mes de enero,
tras una larga agonía,
al mutilado febrero.
Cuesta más llenar la cesta
que en otros meses del año,
después de tantas rebajas
nuestro bolsillo anda escaso.
Ya se apagaron las luces,
los Reyes se retiraron,
se dispersó la familia,
los borrachos se acostaron.
Se instalaron los días grises,
volvieron los madrugones,
se acabaron los petardos,
se agotaron los turrones.
Todos subimos la cuesta
que nos hemos merecido,
después de tantos excesos
como hemos cometido.
Llenos de remordimientos
pretenderemos quemar
calorías de alimentos
que nos han hecho engordar.
Ardua tarea nos queda
sudando la camiseta,
para pasear
palmito
por todas las discotecas.
Me cuesta subir la cuesta
que lleva del mes de enero,
tras una larga agonía,
al mutilado febrero.
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