Paseando
por el asfalto
(“Estampas” – XI)
La tarde ha sido testigo
de mis pasos que,
sobre una alfombra de asfalto,
el aire hostil y enrarecido de la
urbe
ha ido contabilizando.
Miles de vidas se afanan
por tejer una encrucijada
de silencios y desafectos,
sostenidos con miradas de
desconfianza, un día tras otro.
No encuentro consuelo,
atrapada por el ruido
de un tráfico endemoniado,
perdida en este deprimente
desfile de máscaras
anacrónico y fuera de contexto.
Me retiro a los intramuros
de mis misterios, huyendo
de esta jaula de rostros sin
alma.
Caigo al pozo de mis
cavilaciones,
empujada desde el brocal
por la tempestad
de una crónica tristeza
y vapuleada
por el seísmo
de una perniciosa soledad.
PAZ y AMOR
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