La feria de S. Juan es una ocasión especial y oportuna para convocar a los colegiados en su sede, con el objetivo de pasar unas horas agradables, con personas afines, en un entorno insuperable.
Buen jamón y bien cortado por un profesional de reconocido prestigio, servido por un camarero con voluntad de agradar.
Conversación, buen vino y algo de picoteo antes de un exquisito arroz con carne y boletus. Música envolvente de fondo.
El buen humor también se coló entre los invitados, prueba de ello es el reportaje que captó nuestro amigo Peris.
Y entre foto y foto, unos arrumacos...
Por la noche seguíamos con ganas de estar juntos, y aprovechando que no faltaban viandas ni bebidas y que el Pisuerga pasa por Valladolid, nos animamos a echar unos bailes.
Y nos dieron las nueve y las diez, las once, la una, las dos y las tres... (como cantaría Sabina). Fue bonito mientras duró.
¡Hasta la feria que viene!
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