Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

lunes, 24 de junio de 2019

A lomos del medio siglo

Nadie como Edu para organizar un evento como el que celebramos con ella hace unos días. No le hacen falta castañuelas para bailar, y llegar a los 50 años en plenitud de facultades merece ser festejado. Y bien que lo disfrutamos: ella, su familia, sus amigos y sus compañeros de trabajo.






Un sitio maravilloso, gente con ganas de divertirse y compartir buenos momentos, buena comida y buena bebida, buena música, y un día espléndido. No se puede pedir más.









Las emociones fueron protagonistas durante todo el día, y afloraron sin complejos.



A las puertas del verano,
en vísperas de San Juan,
un especial cumpleaños
entre fragancias de junio
venimos a festejar.

Edu nos ha convocado,
a lomos del medio siglo,
a compañeros, amigos,
familiares y allegados.

Alcanzada cierta edad
esta es la filosofía:
hay que vivir día a día
buscando felicidad.

Y en esas estamos hoy,
nos emplearemos a fondo:
comeremos, bailaremos,
cantaremos cante “jondo”,
nos bañaremos contentos
y hablaremos bajo un toldo.

Con el pasar de los años
esta fecha guardarás
entre tus días felices,
que a tus nietos narrarás
comiéndote unas perdices.

Entre estándares malditos,
que son mi gran pesadilla,
voy escribiendo el poema
–que va llegando a su fin-
deseándote de veras
que seas muy, muy feliz.

Los presentes te queremos,
como tú no hay otra igual.
Cumples ya la cincuentena,
y que cumplas muchos más.

Hoy suéltate la melena,
disfrutemos la verbena,
que mañana Dios dirá…



Día para enmarcar. Te deseo lo mejor, este año que estrenas y los siguientes. 









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