Los escolares están a punto de
comenzar las clases. Además de alumnos y profesores, otros personajes menos
deseados están también en la rampa de salida. Los piojos son incondicionales
cada nuevo curso escolar. La pediculosis se ha convertido, de un tiempo a esta
parte, en una afección tan asumida como la gripe o la varicela, pero puede
llegar a ser más antipática y embarazosa, hasta convertirse en una
auténtica pesadilla.
Los piojos de antes eran analfabetos, los de ahora sacan
buenas notas porque aprovechan el curso de principio a fin, como el alumno más
aventajado. Ocupan sus cabezas desde el primer día de clase y, como mucho, se
permiten viajar de una a otra para justificar su disponibilidad orgánica. Ya me
contarán ustedes de dónde salen estos bichitos para asentar sus colonias en los
colegios, creciendo y multiplicándose en progresión geométrica, como si no
hubiera un mañana.
Yo tengo mi propia teoría sobre esta planificada epidemia,
que cada cual reflexione y saque sus conclusiones, sin perder de vista quién
obtiene pingües beneficios de la venta de remedios para combatirla. Nada tan
eficaz como una alarma sanitaria bien publicitada para vaciar la rebotica de
fármacos.
Es lo mismo que he pensado cuando estos días he visto tanto anuncio sobre productos para extinguir los piojos. La sociedad de consumo siempre alerta...Un abrazo y felicidades por tu blog!!!
ResponderEliminarMuchas gracias de nuevo por tu visita y tu motivante comentario. Un abrazo.
EliminarPublicada en la revista XL Semanal el domingo 25 de septiembre de 2016.
ResponderEliminarPublicada en "Cartas al Director" del diario HOY el jueves 8 de septiembre de 2016.
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