Voy sorteando julio entre sofocantes
olas de calor que afectan a mis hábitos y a mis neuronas. Escucho las noticias
de soslayo, volcada en conversaciones familiares, ahora que tengo a todos en
casa, pero un impermeable de indiferencia frena mi impulso a opinar por escrito
sobre los acontecimientos que van acaeciendo.
Me impactó conocer el afortunado
rescate de un bebé del interior de un contenedor, pero aún más enterarme que en
el vertedero en el que buscaron infructuosamente el cuerpo de Marta del
Castillo aparecieron tres cuerpos de niños que corrieron peor suerte.
El
sainete de Bárcenas me arranca una sonrisa de ironía: pretender que el PP le
readmita en su puesto es una auténtica burla, y amenazar con nuevos documentos
y mensajes que incriminan a figuras de relevancia nacional, propio de alguien
sin escrúpulos ni principios.
Don Erre que Erre vuelve a la carga, con el hacha
de guerra de la independencia otra vez empuñada. Que se vaya si quiere, pero
que alquile o compre algún terrenito para instalarse, que la tierra donde vive
es una parte de España.
Es sabido que las bicicletas son para el verano, como los chiringuitos, las piscinas o las
verbenas. Ya llegará el otoño, la falda de la camilla y los diálogos con el
teclado.
Publicado en "Cartas al Director" del diario HOY el miércoles 22 de julio de 2015.
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