Yo diría que es un agujero negro
lo que sufrimos en el corazón de la política nacional, a juzgar por la elevada
concentración de masa choricera que padecemos, capaz de generar tal campo gravitatorio
a su alrededor, que ningún representante público puede escapar a su influjo,
por muy honrado que se crea.
Cuando aún no he tenido tiempo para opinar del
pequeño Nicolás y su paralelismo con la novela picaresca española del Siglo de
Oro, salta al ruedo informativo la “Operación Púnica”. Detenido el nº 2 de “la
Espe”, Francisco Granados, y 50 personas más vinculadas a esta trama, en la que
las actuaciones ilegales campaban a sus anchas: blanqueo de dinero,
falsificación de documentos, tráfico de influencias, comisiones ilegales, prevaricación…,
lo típico de un tiempo a esta parte (ya se quedan en el olvido Acebes, Rato…).
Es una ciclogénesis (nuevo vocablo aceptado por la RAE) explosiva, que se ha convertido
en crónica, y nos ha menguado la capacidad de asombro.
Xavier Trías, alcalde de
Barcelona, también está en entredicho, por lo que declara estar indignado.
Total, por ser titular, presuntamente, de una cuenta en Suiza, (o en Andorra,
qué más da), con un saldo cercano a los 13 millones de euros. Subraya en un
tuit (otro nuevo vocablo aceptado por la RAE) que no ha tenido dinero en el
extranjero, pero Pujol tampoco lo admitió a la primera.
Próximamente, nuevos
capítulos de esta serie de terror.
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