Dos por tres

Que no son seis, sino una hora más para dormir este sábado sabadete: cuando sean las 3 de la madrugada, repetición de la jugada, porque volverán a ser las dos. ¡Qué lío! Total, ganas de marear la perdiz. No tiene mucho sentido y el argumento de ahorro de energía no me convence nada (el ahorro doméstico en iluminación desde el cambio de horario de marzo al de octubre puede ser de un 5% en total).

En España se lleva a cabo esta medida desde 1.974, y también la siguen otros 70 países más en todo el mundo. El único país industrializado que no entra por el aro es Japón, tal vez a ellos no les compensa ese mínimo ahorro energético a cambio de tantos pequeños inconvenientes. 

Hay un informe que el Congreso ha aprobado hace unos días para que el Gobierno contemple la posibilidad de volver al huso horario que a España le corresponde, lo que transformaría nuestras costumbres, tan alejadas hoy por hoy en productividad y en competitividad de otros países semejantes. Ese informe considera que el horario GMT sería favorable para la conciliación de todas las personas, que dispondríamos de más tiempo para vida familiar, personal, para aprender, para el ocio y para eliminar tiempos muertos en los trabajos.

 Madrugamos mucho y dormimos casi una hora menos de lo recomendado por la OMS, lo que conlleva efectos muy negativos, que desaparecerían con la vuelta al horario de Greenwich. Entonces, ¿a qué esperamos…?