24 de mayo de 2.013, y parece que fue ayer...
He aprendido a mirar los errores con la indulgencia de la madurez, a escribir caricias con mis manos, a saborear mis silencios y recostarme en mis letargos, a oír el grito mudo de mi teclado y a ocultar en mi desván mis lágrimas secretas.
Ahora sé valorar los aromas y cadencias de mi otoño, y me atrevo a mirarme con descaro en el reflejo del agua de la vida.
He aprendido a añorar en mis sueños, a soñar ilusiones en mis noches de vigilia y a buscar una sonrisa en las miradas esquivas.
He comprendido que no todo vale, que lo que llena mi corazón y colma mis aspiraciones no puede medirse o cuantificarse.
Porque es luna,
es aire,
es nube,
es fuego,
es lluvia,
es cielo.
CLIC
Escrito el día de mi quincuagésimo tercer cumpleaños, el 24 de mayo de 2.013.
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