Un ángel llamado Elena (reedición)

Sobrecogida por el dolor de su temprana ausencia, dediqué un post a Elena tal y como volví a casa de su funeral. 

Hoy retomo la tarea de evocar su recuerdo, ilustrándolo con fotos que Juan, su padre, me ha proporcionado y me autoriza a publicar por expreso deseo. 

En otro post incluyo la carta que le ha escrito a su hija, ( Enlace: "Del teclado al corazón: Carta a mi hija Elena". ) desde lo más profundo de su corazón herido por una inesperada separación sin viaje de vuelta.

"Hoy ha dicho el sacerdote en el funeral que debemos alegrarnos de la marcha de Elena al otro mundo, porque ahora será plenamente feliz, pero mi fe no alcanza a comprenderlo con esa simpleza. 

Quedan entre nosotros personas cuya vida no tiene ya ningún sentido, y otras que no merecen, por su inadmisible maldad, disfrutar de un solo amanecer más.

Pero ha sido ella, la frágil, la tierna, la bondadosa, la inocente, la de los ojitos azules, la de pasos inseguros, la que ha sido llamada a la temprana edad de 20 años. Ha dejado a sus padres sumidos en la más honda tristeza, así como a sus hermanos, primos, tíos, amigos, compañeros, profesores... todos inmersos en un mar de preguntas sin respuesta. 

 Tal vez no sabías cuánta ternura has sembrado en tu corta vida, cuánta inocencia has salpicado a tu alrededor, y quizás te hubieses sorprendido al ver en tu despedida a tanta gente, incluso personas que ya no tenían contacto contigo. 

Te hubiera enorgullecido oír a tu padre agradecer de corazón, con entereza, sin romperse, a todos y cada uno de los que se cruzaron en tu camino y te cubrieron de afecto. Solo una vez me entrevisté con él, y recuerdo a la perfección lo que me dijo: que su objetivo primordial con respecto a ti era que fueses feliz. Y ese mismo discurso lo ha repetido hoy en tu funeral, y estoy segura que lo ha conseguido. Como ha conseguido emocionarnos a todos los presentes con su sinceridad, con su entereza y con el amor que desprendían sus palabras.

 Allí donde estés, Elena, serás el ángel que impregne de inocencia y de bondad el cielo que ahora habitas."