Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

miércoles, 8 de mayo de 2013

Del corazón al teclado: “Carta a mi hija Elena”



Querida hija Elena:
Soy papá y quiero escribirte también en nombre de mamá, Pochola, y de tus dos hermanos, Ana y Juan.


El Colegio Josefinas SAGRADA FAMILIA (qué dos hermosas palabras) ha tenido la sensibilidad de arroparnos nuevamente, ahora en este momento tan duro y lleno de dolor de tu marcha hacia el cielo.

En tu Colegio de las Josefinas permaneciste durante 12 años de tu corta vida y aunque desde el curso pasado ya no eras su alumna, en estos días recientes me he acercado a él porque tenía la necesidad de volver a sentir el calor, el cariño y la comprensión que siempre nos dispensaron a ti, Elena, como alumna y a mi como padre. Cuando muy a menudo me acercaba a hablar con tus profesoras y profesores sobre tus estudios y tus dificultades, como bien sabes, siempre supieron entender, con un profundo sentido humano, que lo primero era tu FELICIDAD y después tus estudios, pues ‘tu médico’, como tú lo llamabas, siempre nos recomendaba, para ti, que “poquito a poco”.


Cuando he entrado por el pasillo central, por el que tantas veces hemos transitado los dos, te hemos sentido muy cerca todas tus profesoras y profesores que se me han acercado al verme, diría que todos los del colegio pues era al final de la jornada. Nos hemos fundido en un enorme abrazo y con una emoción especial hemos compartido las lágrimas por tu ausencia, y como siempre, me he sentido muy aliviado por encontrarme en familia, entre la Sagrada Familia que tanto nos apoyó, especialmente a ti.

Tu colegio de siempre vuelve a arroparnos y lo hace ahora en este blog lleno de ternura, y con una misa especial para ti, el día 8 de mayo, que oficiará Juan, el Párroco de San José, al que también cautivaste cuando tuvo la dicha de conocerte en la catequesis para la Confirmación que él mismo te dio. Me ha anunciado la Directora, Raquel, que la misa será PRECIOSA. Santi, el que fuera tu profesor de música y al que tanto adorabas, también me ha comentado que será muy ALEGRE. Y para que todo sea más BRILLANTE, tu tía Yuma te va a adornar la capilla con muchas flores. Como ves, una misa muy al estilo de como tú eres. Me gusta hablar de ti en presente, noto que sigues entre nosotros.


En este blog su autora Maribel, tu profesora de gimnasia (que te cambiaba por ejercicios escritos porque no podías hacerla), ha escrito para ti unas bellas palabras llenas de ternura y sensibilidad, destacando la FELICIDAD de la que tanto gozabas. Además me ha permitido ocupar este espacio para dirigirte, desde lo más profundo de mi corazón, esta carta. Mi agradecimiento especial para Maribel. Enlace: Un ángel llamado Elena.

En esta FELICIDAD que te iluminaba continuamente también estuvo presente, en este último curso, tu Colegio de las ADORATRICES para tu formación profesional, donde también supieron comprenderte y apoyarte tanto tus profesores como tus compañeros. Por eso te sentías tan cómoda y bien desde el primer día que llegamos a este colegio de forma providencial a través de nuestro amigo Pedro del Pino, otra bella persona. Tu madre, hermanos y yo nos sentimos profundamente  agradecidos por este trato humano y solidario con el que te acogieron, que quedó reflejado en la misa PRECIOSA que recientemente te dieron, en la que toda la comunidad educativa de las Adoratrices se volcó en tu honor.




Tus amigas y amigos, a los que tanto querías y disfrutabas con ellos, también han  sido parte de tu FELICIDAD. Para todos ellos nuestro cariño y agradecimiento por haber compartido contigo tantos buenos momentos de diversión y felicidad.

Mención especial de cariño y reconocimiento para Javi, tu “Peque” (como cariñosamente lo llamabas), con el que compartiste año y medio de amor y ternura. Sabemos que con él cumpliste tu derecho a enamorarte, con un amor sano que os teníais mutuamente, razón  por la que mamá y yo, aunque expectantes por nuestra niña,  siempre respetamos vuestro espacio al comprobar tu FELICIDAD con Javi y la suya, sabiendo que era, además, la del primer amor para ambos.



También has compartido tu FELICIDAD con tus tíos y primos, con los que tanto disfrutabas y a los que tanto adorabas, especialmente a los más pequeños al ser esta otra de tus debilidades. Todos ellos notan el hueco de tu ausencia y tratan de cubrirlo al tenerte presente con el inmenso amor y cariño que te profesan.

Siempre te gustó escribir notas y que te las escribieran; quizá por ello hemos encontrado, entre tus cosas, una que te escribieron, con mayúsculas, posiblemente entre varias personas pues cada palabra es con distinta letra, que dice lo siguiente sobre como tú eres: BONDADOSA, SINCERA, BUENA PERSONA, AMABLE, MUY GENEROSA y SIMPÁTICA. También tus hermanos, Ana y Juan, siempre decían de ti que “eras la alegría de la casa”, por tu eterna sonrisa. Seguramente tu corazón sucumbió a tantas emociones que le transmitías con tus buenas virtudes.



Todos dicen de ti que eres un ángel, “Un ángel llamado Elena”, porque sin proponértelo has dejado entre nosotros, con tus enormes virtudes, una gran ESTELA DE BONDAD como inmenso legado que a todos nos cautivó, provocando un río desbordante de personas que estuvieron acompañándote el día de tu marcha al cielo, y que después siguen volcándose con tu familia dándonos apoyo y cariño. A todos ellos nuestro profundo agradecimiento.

 A  mí, como padre, me has hecho crecer como persona, más humana y más solidaria, y para toda tu familia has representado un regalo divino con tus 20 años que hemos compartido juntos hasta que te fuiste a donde van los ángeles, al CIELO.



Desde allí noto tu mensaje diciéndome que “ya no es necesario seguir protegiéndote por tu fragilidad, que ahora te toca a ti protegernos a nosotros desde la nueva dimensión divina en la que te encuentras junto a Dios, y que sigues entre nosotros”. Esta es mi FE, que junto con todas tus VIRTUDES las guardo, como joyas, en un cofre imaginario que procuro destapar cuando necesito consuelo y fuerzas para mí y para darlas a mamá y tus hermanos.

Mamá y yo quisimos donar tus órganos para prolongar, en cierto modo, tu existencia física dando vida a otras personas, pero solo pudieron salvar tus córneas. Hace pocos días me acerqué al hospital y me confirmaron que habían sido trasplantadas a dos personas de nuestro entorno extremeño. No pude contener mi emoción al saber que dos personas cuentan ya con luz y visión en sus ojos a través de los tuyos.


Quiero, desde aquí, transmitir nuestro reconocimiento y profundo agradecimiento a todos los médicos y sanitarios del 112 y Hospital Infanta Cristina, pertenecientes al Servicio Extremeño de Salud, por su esfuerzo y constancia, profesional y humana, en su intento fallido de salvar la vida de nuestra querida hija Elena. 
  
Todas las cartas suelen tener una despedida, salvo ésta en la que no quiero despedirme de ti, porque para todos sigues estando presente entre nosotros. Quiero seguir sintiéndote con la alegría de todas las mañanas cuando, temprano, cogíamos el coche para llevarte a tu colegio de las Adoratrices, acompañados por la música de Pablo Alborán que tanto te gusta en los CDs que Javi te regaló. Qué buenos momentos de felicidad y alegría compartida. Qué buena forma de comenzar el día.

Un beso muy grande de mamá, tus hermanos y mío, querida hija ELENA.








2 comentarios:

  1. Soy la señora que te ha dado la planta de la enrredadera. No sabes la emoción que he sentido al leer el escrito tan sentimental que le dedica su padre a vuestra querida niña . que esa planta que se llama pasión porque tiene los tres clavos de Cristo os ayude a llevar con mucho amor y entereza esto que Dios os ha mandado y pensar que esa niña tan linda está gozando de la presencia del Señor

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