No es un adiós, es un "hasta luego"... Echaré de menos tu atmósfera blanda, tibia y dulce.
Añoraré tus silencios compartidos a primera hora, la helada caricia de tu abrazo, tu lastimero e interminable llanto sobre mis pies.
Volveré, sumisa, esclava de tu magnetismo, como una ola de tus mareas, como un reflejo argentado sobre tu mágico espejo, en las noches estrelladas.
¡Hasta luego!
No hay comentarios:
Publicar un comentario