Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

viernes, 20 de julio de 2012

Juan José y las orquídeas

     Juan José llegó a Santa Marta a trabajar, hace dos décadas, más o menos, y se quedó para siempre. En ello tuvo mucho que ver mi querida amiga Julia, su mujer. Pero, lejos de considerarse un forastero, se integró desde el primer día, y se ganó el reconocimiento y el afecto de todos los santamartenses, grandes y pequeños. 
     Trabajaba en una sucursal bancaria, está avalado por una licenciatura en Biología, tiene alma de maestro de escuela, y domina las letras y el mundo de la fotografía. Con ese excepcional currículum, y un precioso tiempo libre del que disfruta hace algunos años, su espíritu emprendedor y altruista le lleva a promover numerosas e interesantes iniciativas.
     En la memoria colectiva y en los archivos quedan sus periódicas colaboraciones en "El Chiriveje", de publicación mensual en Santa Marta y pueblos adyacentes. 
     Sus frecuentes aportaciones gráficas en "El Tiempo" de TVE, bien conocidas por sus paisanos, y que han dado publicidad a nivel nacional a nuestro pueblo. 


     Se ha molestado en hacer recopilaciones de nuestros motes más pintorescos y de "palabras moribundas" con nuestros localismos, para que no se pierdan en la memoria, algo que ningún santamartense de nacimiento había hecho antes.
      Ha sido responsable de la organización de un Club de Ajedrez en Santa Marta, en el que no solo enseña los secretos de este inteligente y antiguo juego de mesa, planificando torneos y campeonatos de diversa índole, sino que ha servido de plataforma para llevar los fines de semana de visita a sus integrantes a distintas empresas, negocios y entornos naturales de nuestro pueblo, haciendo las delicias de los niños y llenando de satisfacción y de sincera gratitud a sus padres, poniendo a disposición de esta actividad su tiempo libre, de manera generosa e impagable.
     Como biólogo vocacional, pasa horas y horas al aire libre observando la flora, de la que saca fotografías de una indiscutible calidad, y sobre las cuales escribe fascinantes artículos para la Revista de Ferias y Fiestas de Santa Marta desde hace quince años. Este año, su artículo no va a publicarse por un fastidioso motivo, pero yo quiero hoy difundirlo a través de mi blog.




     Ya que ha sido imposible publicar en el libro de Feria y Fiestas de Santa Marta mi habitual colaboración en su 15º aniversario, me gustaría que conocierais su preámbulo que va dedicado al futuro de nuestro querido pueblo.

                                        ¡ Felices fiestas de Julio para todos !

                                                                                         Juan José Troyano Matrán, 2012.
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      "A los aplicados niños y niñas del Club Cultural de Ajedrez Santa Marta y a todos sus amiguetes de nuestro pueblo. Son la esperanza de una sociedad menos condicionada y más culta. Es decir... mejor y más libre"

Santa Marta en Flor (XV)
LAS FLORES ABEJA DE SANTA MARTA

      Cuenta la vieja fábula oriental que una mañana, a las puertas de una ciudad, un mercader árabe se encuentra con un mendigo medio muerto de hambre y le socorre con dos monedas de cobre. Horas más tarde, los dos hombres vuelven a coincidir en los alrededores del mercado. “¿Qué hiciste con las monedas que te di?” pregunta el mercader. “Con una de ellas compré un pan, para tener de qué vivir”, contesta el mendigo, “y con la otra compré una rosa, para tener por qué vivir”.
      Sí, no nos pongamos místicos, necesitamos "tener" para poder sobrevivir, es, hoy por hoy, una realidad indiscutible. Pero ojalá todos coincidamos en necesitar también motivaciones, ilusiones, sentimientos… que nos den sentido a la vida. ¡Qué horror acabar nuestros días con la sensación de haber vivido en vano! ¿Por qué razón alguien es capaz de comprar una rosa que no nos va a reportar ningún beneficio aparente? ¿Por qué algunas personas eligen dedicarse a los demás altruistamente en Misiones, ONGs, Cruz Roja, Cáritas… u ofreciéndonos siempre su cara más amable y generosa? ¿Por qué debemos respetar la naturaleza si es más cómodo y fácil maltratarla y... que aguante el que venga detrás? 
     Este año se cumplen 15 de mis colaboraciones sobre la flora silvestre de Extremadura en el libro de Feria y Fiestas de Santa Marta, lo cual constituye un honor para mí. No he tenido otro objetivo que contribuir muy modestamente al conocimiento del medio natural, mostrando su valor y fomentando su respeto, conservación y... admiración. Tenemos que valorar -y proteger- lo que tenemos. Lo que nos ha sido legado.
      Viven en nuestro término unas joyas de la naturaleza, prodigios de la evolución vegetal, que enriquecen nuestro patrimonio natural. Unas plantas que han llevado su adaptación -a la polinización mediante insectos- al extremo de modificar uno de sus pétalos en una especie de labio (= labelo) que imita a la perfección (en forma, textura y... aroma) a las hembras de ciertos insectos voladores para atraerlos hacia ellas. Son las orquídeas silvestres de Santa Marta. Nada menos que un mínimo de 13 especies de estas escasas (y protegidas en todo el mundo civilizado) plantas han elegido nuestro pueblo para completar su ciclo biológico.
     Disfrutémoslas como si comprásemos una rosa para... tener por qué vivir. Felices fiestas de verano a todos. Unidos, que somos muy pocos. Como las bellas orquídeas.



      Gracias a mi amigo Juan José por compartir su sabiduría con los demás, y por permitirme publicar su precioso artículo en mi blog.





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