Como el miedo es libre, la prudencia frena nuestras ganas de planificar un viaje que requiera subir a un avión, así que nuestras escapadas son de interior desde que empezó la pandemia.
La que ocupa este post se encaminó a nuestra provincia hermana, Cáceres, más concretamente a la zona del Valle de Ambroz.
Tomamos alojamiento en el Balneario "El Salugral", un lugar de descanso y sosiego, en un enclave paisajístico único, por la gran variedad de especies de árboles, sus jardines y sus estanques, ubicado en una enorme finca, recorrida en toda su longitud por el río Ambroz.
Hervás fue nuestra primera visita. Su casco histórico medieval y su judería, con callejuelas tan bien conservadas, esas plazas, esos aromas, te transportan a otra época como por arte de magia.
Vimos "el patio de los cactus", un jardín botánico particular en miniatura, cuyas puertas están siempre abiertas, que se ha convertido en uno de los lugares más visitados de la localidad.
Y subimos, por supuesto, a la iglesia-castillo de Santa María, para disfrutar de las impresionantes vistas.
Pero, si algún lugar nos parecía altamente interesante de esta zona, era Granadilla, considerado uno de los pueblos abandonados más bonitos de toda España.
Se trata de una preciosa villa amurallada, cercana a la Comarca de las Hurdes, construida sobre una península que resguardaba las aguas del embalse Gabriel y Galán. A mediados del siglo XX tuvo que ser desalojado al transformarse en zona inundable, por lo que los vecinos se vieron obligados a abandonar sus casas.
De camino de un lugar a otro, entramos en Abadía. Su piscina natural fue todo un descubrimiento.
Enclavada en el Valle del Ambroz, recoge las aguas de este manso río, que se hace amplio y tranquilo. Hay una pequeña zona, separada con piedras, especialmente para niños. Rodeada de naturaleza, los árboles y la amplia zona de césped, permiten el descanso y los juegos. Tiene además un área de arena justo a la orilla del río. Cuenta con un amplio aparcamiento y un chiringuito cómodo, además de un merendero.
No podíamos volver sin visitar Plasencia, conocida asimismo como "la Perla del Norte" o "la Perla del Valle": sus murallas, su Plaza Mayor, la catedral vieja, la catedral nueva...
Ahora esperaremos la ocasión propicia para la próxima excursión. La lista de sitios a los que nos apetece ir es interminable.
Fue bonito mientras duró.
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