Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

martes, 26 de noviembre de 2019

Novedades en la RAE



Estaba yo mensajeando con un pariente por guasap, sentada en mi coche, mientras daba rienda suelta a mi beatlemanía, cuando sentí mariposas en el estómago. Decidí tomar un brunch para reponer fuerzas a media mañana, mientras le esperaba en el velador de una terracita. Tiene fama de sieso, y le acompaña como un perro fiel una desagradable actitud de bordería. Se siente muy importante porque vive en un casoplón, pero sus detractores no se privan de soltarle un zasca con más frecuencia de la que él desearía. Va pregonando por doquier su etiqueta de antitaurino, pero le importa un rábano que la Naturaleza sufra los efectos nefastos del arboricidio.

Este relato ficticio viene a corroborar la incorporación de nuevos términos al diccionario de la RAE, siempre atenta esta institución a la manera de comunicarse en la calle. Son nueve en total, que se han integrado en nuestro vocabulario habitual de un tiempo a esta parte. 

En contraposición, otras palabras han sido eliminadas del diccionario por obsoletas, pero me resisto a prescindir de ellas porque, además de resultarme curiosas, intensifican mi nostalgia lingüística. Así pues, a riesgo de publicar un escrito encenagado, reverdece mi memoria con algunas de ellas, bajo la luz de una lámpara titilante. Está claro que algunas medidas drásticas de la RAE pueden resultar ulcerantes para nuestra lengua.

Y hasta aquí mis renglones, no vayan a acusarme de enseñorearme de esta sección.



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