Los
independistas han destapado la caja de los truenos, esa misma que Zeus regaló a
Pandora y que quien la tomó por esposa, llamado Epimeteo, abrió dejando que los
males que en ella estaban encerrados se dispersaran por todo el mundo. Me temo
que Puigdemont, en su papel estelar de Epimeteo del siglo XXI, ha manejado la
caja maldita de manera irresponsable, y ahora sus acciones y decisiones pueden
derivar en consecuencias desastrosas para toda la ciudadanía española, que pese
a quien le pese, también les incluye a ellos, los catalanes, sean o no separatistas.
Es bastante inquietante estar a la expectativa esperando ver quién mueve ficha,
con la incertidumbre de que a alguno de los confrontados se les hinchen las
narices y salgan por peteneras, que no necesariamente hagan referencia a un
cante flamenco. De momento la Bolsa se ha resentido, y el éxodo de grandes
empresas afincadas en Cataluña hacia otros destinos del país empieza a padecer
el efecto dominó. Solo me queda confiar en que algún iluminado encuentre y haga
resurgir la esperanza que reposa en el fondo de la mitológica caja, y las aguas
vuelvan a su cauce, que es la única manera de poder beneficiarnos todos de su
fresco caudal.
Que para república independiente ya cada uno la tiene en su
casa.
Publicado en "Cartas al Director" del diario HOY el sábado 7 de octubre de 2017. Compartiendo página con Tomás Martín Tamayo y Jaime Álvarez-Buiza Diego, todo un honor para mi humilde persona.
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