LA HOMILÍA DEL VIENTO
La homilía del viento me susurró
que la soledad también puede ser bandera.
Tengo tantas preguntas desperdigadas
en el suelo de mis dudas
como respuestas descuartizadas
en el mar de mis sospechas.
Tu sombra y la mía
han dejado marcadas sus huellas
en el álbum de mis sueños.
Sale de su escondrijo la tristeza
para dar con sus huesos en el espejo.
Ya no crepita la ilusión
en la hoguera de mis esperanzas.
Aquí sucedo irremediablemente.
Voy a desrezar
todas mis oraciones.
Voy a desreír
todas mis alegrías.
Voy a desbailar
todas las músicas.
Tú tienes que desmorir
para que yo no desviva.
La homilía del viento me susurró
que la soledad también puede ser bandera.
Tengo tantas preguntas desperdigadas
en el suelo de mis dudas
como respuestas descuartizadas
en el mar de mis sospechas.
Tu sombra y la mía
han dejado marcadas sus huellas
en el álbum de mis sueños.
Sale de su escondrijo la tristeza
para dar con sus huesos en el espejo.
Ya no crepita la ilusión
en la hoguera de mis esperanzas.
Aquí sucedo irremediablemente.
Voy a desrezar
todas mis oraciones.
Voy a desreír
todas mis alegrías.
Voy a desbailar
todas las músicas.
Tú tienes que desmorir
para que yo no desviva.
De mi poemario "Poemas para forrar un icosaedro"
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