Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

miércoles, 25 de junio de 2014

Excursión con 6º a Salamanca


Este año he acompañado a los tutores de 6º de primaria a la excursión que han programado para los alumnos a la ciudad de Salamanca. Les he dado Educación Física desde 3º, así que les conozco bien a todos y cada uno, cuatro años viéndoles crecer de cerca dan para mucho.




Salimos muy temprano el miércoles 11 de junio y volvimos el jueves 12, por la tarde. Nuestra noche la pasamos en un céntrico hotel, el Emperatriz, tan bien ubicado que pudimos hacer todas nuestras visitas dando un paseo.



Ochenta preadolescentes con las hormonas revueltas y muchas ganas de divertirse, y tres adultos controlando sus movimientos. El primer objetivo fue ubicarlos en habitaciones de dos, tres o cuatro camas.



Las visitas culturales estuvieron concentradas en la tarde del miércoles, desde después de comer, a la mañana del jueves hasta la hora del almuerzo, tras el cual emprendimos la vuelta. La Casa de las Conchas, la Pontificia, las catedrales, los Dominicos, la casa de Santa Teresa, que habitó rehabilitada tiempo después nuestra madre fundadora, Santa Bonifacia, y que es ahora la residencia de las Siervas de San José, el colegio salmantino de las Josefinas...  


¡Qué paz se respira entre los muros de la casa de nuestras monjas, qué patio más cuidado y agradable...! Entre una visita y otra, hicimos algunas pausas para tomar un helado o un refresco en la Plaza Mayor.



Ya por la noche, después de cenar, salimos todos a dar un paseo por la ciudad, que estaba en fiestas. Asistimos al espectáculo de fuegos artificiales y a las actuaciones programadas en la Plaza Mayor, cuya iluminación la embellecía más aún si cabe.



Cuando llegamos al hotel para acostarnos, los niños parecían muy cansados...



...pero solo aparentemente. Tuvimos que prolongar la guardia en los pasillos hasta altas horas de la madrugada. Al levantarnos, ya bajamos a desayunar con el equipaje recogido, para dejar libres las habitaciones. Dejamos todo en consigna, y continuamos nuestras visitas, e incluso quedó tiempo para que hicieran algunas compras y otras cuantas fotos.



Tras la comida, iniciamos la vuelta, todos cansados, pero felices. Una excursión con una apretada agenda, pero también muy interesante, instructiva y propicia para estrechar lazos de amistad.




                             ¡Se acabó!

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