Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

jueves, 28 de junio de 2018

Siesta





 He salido a sentarme
al porche, con los pies en alto,
a cerrar los ojos viendo
cómo se mece la tarde en mi sueño,
mientras la siesta salta juguetona
sobre las volátiles páginas
de una perezosa novela.
Toda mi porción de realidad
se reduce al estruendo
de una moto que surfea
los resaltes del paso de peatones
afincado en mi puerta,
y a las carreras del perro persiguiendo
mariposas por todo el jardín,
con su agitado jadeo.
Una delgada lagartija cruza presurosa el suelo
bajo mi silenciosa e indiferente mirada.
Se desperezan unas voces lejanas,
invitándome a mover los músculos sin prisa.
Huele a tierra mojada.
El viento susurra secretos a las palmeras,
al limonero, al almendro, a la buganvilla,
al tiempo que empuja con diligencia
las nubes de espuma que inundan
un cielo azul insultante.
Hay algo de consuelo en esta quietud.
Volveré a saborear tu recuerdo
cuando reine esta noche
la luna llena.






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