Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

domingo, 23 de diciembre de 2012

Se acabó lo que se daba



     El mundo no se ha acabado, a pesar de tanto agorero. Sí ha terminado el decimotercer Baktún de la cuenta larga del calendario maya, como las clases en los colegios, el otoño, la semana, y en pocos días el mes de diciembre y el maldito año 2.012. 


     También podemos dar por finalizado el consumismo enfervorecido que nos poseía años atrás, porque en la actualidad también se nos acaban antes los euros, así como la paciencia de los pacenses en los atascos en algunas calles, provocados por obras convenientes pero inoportunas. 


     Se les acabó el tiempo a las víctimas de la escuela de Connecticut, porque a su verdugo se le oscureció la cordura, y a los que pasaron voluntariamente a mejor vida, con tal de no sufrir la humillación de un desahucio. Se terminó la extra de Navidad, lo mismo que la calidad de vida para muchos trabajadores, que empiezan a creer que los tiempos pasados fueron un espejismo. 


     Y no quiero finalizar esta carta sin felicitar las fiestas a las personas de bien y animarlas a vivir con ilusión la nueva era, porque está claro que, definitivamente, se acabó lo que se daba. 





                              ¡Au revoir!
    


1 comentario:

  1. Publicado en "Cartas al Director" del periódico HOY, el domingo 23 de diciembre de 2.012.

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