Me sumerjo en esta deslumbrante luz sabatina de un mayo que cabalga a lomos de una esperanza que, a duras penas, sostiene nuestros anhelos.
Nada importan los ruidos de la rutina en esta calma envolvente de murmullo de olas y arena blanca, de azules fundidos en un mágico horizonte de mar y cielo.
Todo es irrelevante aquí y ahora: la ira, la pereza, la mentira, la vanidad…
La transparencia reina en mi conciencia y la paz acuna mi verdad.
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