Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

viernes, 17 de septiembre de 2021

Señorita Laly

 

 

          Reconocimiento a Laly González-Castell Zoydo.

 


  

Todo el mundo conoce a la señorita Laly en Montijo. Por su escuela han pasado varias generaciones de alumnos que la recuerdan con un enorme cariño. 

 

 

Sus centros escolares se llamaron "Jardilín", "El Buen Pastor" y "Jesús Pastor". Su vocación de maestra ha sido y es indiscutible. Ha dejado una huella imborrable en el corazón de los que tuvieron la suerte de aprender a través de sus metodologías, siempre personalizadas, innovadoras y atractivas para sus niños.

Organizó un grupo de teatro, "La Trupe", con el que puso en escena obras de autores españoles, en Montijo y en otros pueblos extremeños.

Ha participado en recitales poéticos allí donde la han reclamado. 

También cuenta entre sus talentos artísticos el dibujo. Ella regaló a sus sobrinos nietos las tarjetas como recuerdo de su primera comunión, hechas a mano una a una, exclusivas y todas distintas.

Tiene publicados varios libros ( "El diario de Mumú") y multitud de poemarios. Como poeta es, además, la única extremeña cuyos versos han sido publicados en la veterana antología "Las mil mejores poesías de la lengua castellana". Muchos años antes que ella fue su padre, D. Rafael González Castell, el que vio publicadas sus rimas en tan prestigiosa antología.

 

 

Su intensa vida cultural ha sido reconocida públicamente por el Ayuntamiento de Montijo, que le ha concedido una "Distinción" el pasado día 8 de septiembre, día de la fiesta grande de la Santísima Patrona, la Virgen de Barbaño, en el transcurso de una gala llevada a cabo en el salón de actos del Teatro Municipal "Nuevo Calderón".

Todos los miembros de su familia que ese día pudimos acompañarla fuimos testigos de lo feliz que le hizo la celebración de este premio, aunque ella no fuera verdaderamente consciente del motivo de dicho honor, debido a su progresivo deterioro cognitivo, que el paso del tiempo no perdona.

 


 

 

Así escribía Alfonso Pinilla sobre tía Laly, en "La Ventana de las Vegas Bajas":

 

Haz clic para ver el reportaje 


Comimos juntos y culminamos la reunión familiar con una entrañable tertulia delante de un buen café.

 


 

Te lo mereces, tía Laly. Al César, lo que es del César... Te admiramos y te queremos.

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