Viajé
a
lomos de exultantes primaveras,
por
fatigosos veranos
de
días interminables,
por
senderos de amarillos y ocres,
que
visten los otoños, viajé.
Por
grisáceas jornadas
que
el invierno disfrazaba
con
las luces de la fe.
He
repetido el trayecto inmune al desaliento,
con
la emoción que anegó mis sentidos aquella madrugada,
y
que nunca olvidaré,
en
la que escuché tu llanto
dinamitando
el silencio
por
primera vez,
en
la que sentí tu hambre de mí,
en
la que gocé
del
sutil tacto de tu piel,
en
la que mis ojos se inundaron de un brillo cegador
al
contemplar la magia de tu presencia,
que
tantos meses ansié.
Eres
principio y final,
mar
y fuego,
sal
y azúcar,
prosa
y verso,
bálsamo
de mis dolencias,
cálido
son de un bolero,
caudal
de lágrimas sordas,
y
lo eterno de un te quiero.
¡Feliz vigesimoséptimo cumpleaños, Lu!
La última parte de este poema forma parte del titulado "Soy, eres", que fue publicado por el Ayto. de Badajoz en la antología "El Vuelo de la Palabra" 2019.
ResponderEliminar