Hace ya la friolera de 32 años... Yo tenía 26, y papá 27. Éramos jóvenes, estábamos empezando a coger soltura en la vida, y no teníamos nada, excepto mucho amor y muchas ilusiones que cumplir.
Tú viniste a dar sentido a nuestra convivencia, a sacarnos de nuestra zona de confort para conducirnos a una carrera de retos extenuantes pero maravillosos. Volvería a traerte al mundo mil veces que viviera.
Que seas muy, muy feliz, este año y los venideros. Cuando vengas del otro lado de la piel de toro podremos celebrarlo en familia.
Felicidades, cariño. ¡Pásatelo bien!
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