Hoy es miércoles, día de trabajo mañana y tarde, día de no llegar a nada llegando a todo, día de aparcar problemas para encontrar soluciones, día de cubrir penas con pequeñas alegrías.
Hoy he recibido un correo en el que se me comunica que un poema mío ha sido seleccionado para ser publicado en la nueva edición del volumen "El Vuelo de la Palabra", y es para mí una pequeña satisfacción. El premio en metálico es meramente simbólico, pero ver los versos que vertí sobre el teclado en un momento de inspiración formando parte de una antología, me compensa sobradamente.
Ciertamente, me conformo con poco. Esta tarde me he presentado a los padres de mis alumnos en la reunión que estaba programada, y he procurado que no se me noten el cansancio ni las decepciones. Prefiero dar la imagen de una mujer con entusiasmo por su trabajo, aunque tenga que esforzarme para maquillar el gesto. Mañana será otro día, y miraré a la cara otros retos, y saltaré con bríos las dificultades, y secaré las lágrimas con disimulo.
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