El último control que tienen mis alumnos todos los años consiste en montar una coreografía de grupo, con unos cuantos requisitos: deben ser como mínimo tres componentes y como máximo diez, y nadie de la clase debe quedar excluído de pertenecer a algún equipo, o de lo contrario no evaluaré ningún trabajo.
La elección de la música es libre, con o sin letra, y el grupo mixto o no. Pueden utilizar objetos durante el baile (picas, cintas...), y también llevar un vestuario especial, e incluso maquillaje.
Tengo en consideración aspectos como la originalidad en los movimientos y cambios de formación, el ritmo, la sincronización entre todos los componentes, y la expresión corporal de cada uno.
Una vez evaluados todos los grupos, en todos los cursos, que son doce, selecciono los que han obtenido mayor puntuación, y con ellos organizamos la "Función Fin de Curso" en el salón de actos.
Hay que hacerlo en dos tandas: segundo ciclo (3º y 4º de primaria) y tercer ciclo (5º y 6º de primaria). Todos ocupan las butacas de público, y van saliendo al escenario tal y como se les va anunciando. De esa manera todos ven las actuaciones de los demás.
Incluyo en el programa de los pequeños una actuación de los mayores y viceversa, aportan frescura y nuevas ideas para sucesivas ocasiones.
Cada año se superan estos pequeños artistas, y no dejan de sorprendernos a tutores y especialistas. Es tal el éxito de esta función, que se ha consolidado como un clásico entre los eventos llevados a cabo durante el curso. Lo disfrutan y nos hacen disfrutar a los mayores.
¡Sois estupendos!
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