Con dos tacones

El sábado pasado celebraron los Aparejadores, Arquitectos técnicos e Ingenieros de Edificación la fiesta de su patrón, S. Juan Ortega. Y yo fui de consorte, y con suerte, porque me lo pasé estupendamente.

Hubo una misa, tras la cual nos reunimos en el Complejo Sancha Brava para disfrutar de un buffet en el jardín (hizo una temperatura muy agradable), seguida de cena en uno de los salones.

Ya en los postres, se hizo entrega de placa conmemorativa a los que cumplían 25 años de ejercicio profesional , y tras las formalidades, baile hasta la madrugada.

Mis tacones de vértigo no me impidieron recorrer la pista de baile como de costumbre, aunque confieso que, a eso de las 4 de la madrugada, me bajé del andamio para aliviar un poco el castigo a mis sufridos pies.

Pasé una agradable velada con amigos y conocidos (a algunos no les veo más que de año en año en esta fiesta...), y últimamente Nati y yo nos reunimos menos de lo que quisiéramos.

Salí de mi casa por la tarde...

...y llegué a eso de las cinco de la madrugada de vuelta.

Un año pasa volando, ya queda menos para el que viene... ¡Hasta la próxima!